sábado, 27 de noviembre de 2010

Sólo sé que no sé nada.

El autor de la frase que da título a esta entrada es el filósofo de la antigua Grecia Sócrates. Considero que es muy positivo analizar esta frase porque la sociedad actual se encuentra presa de su incultura. Creemos que lo sabemos todo, no sólo de nuestro campo, sino de todos. Nos gusta opinar y comentar nuestro punto de vista de todo lo que la gente habla, aunque no tengamos ni la experiencia necesaria ni una visión basada en unos argumentos fuertes.

Y nos gusta porque es lo que vemos. Porque en las parrillas televisivas se citan a duelo todas las tardes mujeres y hombres que compiten en mala educación y en vulgaridad. Porque la formación y la cultura no están de moda. Lo que se lleva es ser soez y dar la nota. Captar la atención de los telespectadores que, desde su sofá, comienzan a asumir esos comentarios como algo normal. Los malos modales, los insultos, los gritos y la chabacanería que caracterizan a estos programas denominados telebasura, comienzan a grabarse a fuego lento en el imaginario colectivo de nuestra generación.

Aviso a navegantes, porque parece que han venido para quedarse. Para darnos cada tarde un recital perfecto para saber lo que no debería hacerse nunca desde un medio de comunicación. Porque analizan la actualidad política con las mismas sandeces que usan al hablar de la vida sentimental de un personaje público.

Y la sociedad mientras tanto, mama este tipo de conductas y acaba haciendo daño a la gente utilizando la grosería, la 'ironía' y el mal gusto. Sin pensar en los sentimientos del afectado porque, al fin y al cabo, nos gusta hablar de todo, aunque no tengamos ni idea. Y si encima podemos criticar...

Lo dicho, que "sólo sé que no sé nada".

Absurda Cenicienta.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Día Internacional en contra violencia machista


Hoy es día 25 de noviembre, día Internacional contra la violencia machista. Como cada año las calles, blogs, redes sociales y medios de comunicación se llenan de personas que se vuelcan con las miles de mujeres maltratadas que hay en nuestro país. A mi personalmente me parece una hipocresía. ¿De qué sirve que la gente se preocupe por esta lacra durante un día al año? ¿Qué va a conseguir la gente poniéndose un lacito morado? ¿De verdad piensan que hacen algo por cambiar su estado de facebook o cambiar la foto de perfil de su tuenti? ¿No valdría más que fueran personas comprometidas durante todo el año, los 365 días (o 366) y no tan sólo cuando políticamente es lo que toca?
Voy a comenzar recomendando una entrada de blog de mi amigo Vicente, que hablaba sobre el tema desde Destello de realidad. Es un escrito muy crítico, a la par de recomendable, ya que para mi es muy valioso que este tipo de comentarios vengan de la mano de un hombre.
"Yo te acepto a ti como mi esposa, y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida. Hasta que la muerte nos separe". Muchas son las parejas que cada año pasan por el altar y declaran con voz firme estas palabras, un contrato de lealtad con su conyugue. Desgraciadamente, algunos varones se toman al pie de la letra aquello de "hasta que la muerte nos separe".
La periodista y profesora de la Universidad Pompeu Fabra, Juana Gallego, destaca que "la sociedad que ahora tanto se escandaliza, ha tolerado y justificado los malos tratos a las mujeres, dentro y fuera del matrimonio, minimizando o mirando para otro lado". Y es que la violencia contra la mujer es cualquier acto violento por razón de sexo, incluyendo las amenazas, coacción o la privación arbitraria de la libertad de una fémina.
Desde los medios de comunicación tenemos que ser entes activos y combativos, no podemos quedarnos al margen de una de las mayores lacras que azotan nuestra sociedad, puesto que el papel que jugamos en la percepción social de la violencia machista es crucial. Para hacer ver a la gente, especialmente a la sociedad, que estamos viviendo un episodio de violencia cuando un chico no le deja a su novia llevar una prenda determinada. También cuando le controla sus salidas y sus compañías. También cuando le amenaza. También cuando le levanta la mano. También cuando le grita. También cuando le hace sentir inferior. También cuando le ridiculiza. También cuando le impone sus gustos. Porque todo esto es el comienzo de una pesadilla que puede acabar con un maltrato físico, psicológico, incluso con el fallecimiento de la víctima. Algo que ocurre a diario, pero tan sólo se recuerda en puntuales momentos, como es el día Internacional.
Hasta que no seamos conscientes de que las mujeres somos libres y que tenemos la capacidad decisiva para afrontar nuestro futuro, estamos perdidas. Este año han sido 1226 las mujeres que han denunciaco en la Comunidad Valenciana un maltrato por parte de su pareja o ex pareja. Y un dato preocupante: el 90% de las denunciantes tienen entre 20 y 39 años. ¿Qué estamos haciendo mal para que las nuevas generaciones, que se supone que han sido educadas en un contexto de igualdad, sigan teniendo comportamientos patriarcales? ¿Qué podemos hacer para acabar con esto? Desde luego, destruir los comentarios y estereotipos clasistas, como los del Papa en su visita a Barcelona cuando dijo aquello de que "las mujeres se realizaran en el hogar... y en el trabajo".
Por todas aquellas mujeres humilladas, que han tenido que esconder sus lágrimas, que han maquillado sus magulladuras y que han intentado poner buena cara delante de sus hijos e hijas. Para que despierten y se decidan a denunciar y abandonar a su pareja. Para que den el paso para iniciar una nueva vida, alejadas de un opresor. Porque ellas valen mucho y pueden hacerlo. Porque tan sólo tienen que confiar en ellas mismas. Porque si un hombre te quiere, no te hará llorar.
Porque son demasiadas las víctimas que engrosan la lista del club de las mujeres muertas. Una canción de ánimo de Victor Manuel, para que sepan que no están solas. Que otra vida es posible y que nunca tienen que perder su dignidad.
Hasta siempre, preciosas.
Absurda Cenicienta.

martes, 23 de noviembre de 2010

T'estime, t'estimo, t'estim.


4 años. 1460 días.
Gracias por los momentos compartidos.
T'estime, t'estimo, t'estim.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Viaje de ida.

Hace dos meses despedíamos los restos mortales del 'abuelo' aragonés, José Antonio Labordeta. Nos dejaba un gran poeta, cantautor, político y profesor, que supo ganarse el cariño de alumnos y alumnas tan singulares como Federico Jiménez Losantos. Hace años tuve la oportunidad de hablar con él y me transmitió un mensaje muy claro: el futuro está en nuestras manos. Se refería a los estudiantes de hoy en día. Si desde los colegios, institutos y universidades no intentan ayudarnos a encontrar nuestras inquietudes culturales y personales, ¿quién lo hará? ¿Desde los programas de telebasura? ¿Desde los periódicos que sobreviven a base de anuncios de contactos?

El maño no concebía el progreso sin política, ni la política sin juventud. No buscaba crear seres forofos, ya que él nunca lo fue. Tan sólo un beduino que caminaba por el Congreso sin que nadie le hiciera mucho caso, que trabajaba horas y horas desde un pequeño habitáculo del Grupo Mixto y que intentaba movilizar a la juventud. Porque él creía en los jóvenes.

Sin embargo, para los distintos sectores de la sociedad tan sólo somos unos rebeldes sin causa. Para los medios de comunicación y la administración es más sencillo entender movimientos como el antibolonia como rebeldía juvenil, como si los jóvenes nos sintiéramos melancólicos de la corriente estudiantil de la posguerra española o del mayo francés. Como si no tuviéramos nada mejor que hacer que manifestarnos. Como si una educación pública, digna y de calidad no fuera de nuestra incumbencia.

Los estudiantes formamos parte de un entramado muy complejo. Resulta muy sencillo para los docentes recitar el temario desde la tarima para que después compitamos a nivel nacional e internacional con nuestros conocimientos. Sin embargo, ¿por qué conocimientos estamos compitiendo? ¿Vale de algo que sepamos realizar matrices y derivadas tremendamente complicadas, si no sabemos qué utilidad tienen? ¿Sirve de algo que aprendamos las características del periodismo según un gran número de autores, si no estamos comprometidos con un periodismo ético y de calidad? ¿Buscamos grandes arquitectos que no sepan quién es el nuevo Premio Nobel de la Literatura? ¿Son realmente esos los conocimientos con los que queremos competir?

Los conocimientos teóricos se van adquiriendo a lo largo de los años y siempre estamos a tiempo de retomarlos. Sin embargo, los cimientos por el interés de la lectura, de la comprensión e interés por la situación que nos rodea y la formación de seres críticos, no Tenemos un recorrido único con billete de ida. Cada uno de los docentes que pasan por nuestra vida son revisores que tienen que comprobar que los objetivos se están cumpliendo. Pero no basta con llevar un billete, sino que el que llevemos sea el correcto. Si los maestros, maestras, profesores y profesoras dejan pasar su oportunidad, los estudiantes nos podemos perder en cualquier estación sin el billete en la mano.

Todos los revisores tienen la misma importancia y deben asumir la responsabilidad de cumplir con su función para que el trabajo de su compañero o compañera anterior no haya sido en balde. Por la importancia de transmitir valores como el reciclaje, el respeto a los demás, independientemente de la nacionalidad, sexo o identidad sexual, el deseo de la paz mundial...desde que comenzamos nuestra educación escolar.

El futuro está en nuestras manos y, si todos los profesores no trabajan a la par, habremos mandado todo el proyecto ¡a la mierda!, que diría nuestro maestro aragonés. Siempre con el interés de los estudiantes y el apoyo de los padres y madres, por supuesto.


Absurda Cenicienta.