sábado, 29 de octubre de 2011

Días intactos...

Había llegado a una espiral de vacío existencial y miedo al futuro. No tenía nada. Cumplió con todo lo que le exigió la sociedad...y fue en balde. No era nada. No tenía nada. Empezaba a parecerse a todo lo que ella había odiado. Se levantaba por la mañana sin ganas de iniciar un nuevo día. Nada nuevo bajo el sol. Todo sería igual. No importaba que fuera lunes, miércoles o sábado. Que hiciera sol o lloviera. Que fuera verano o invierno. Nada iba a cambiar en su vida.

Eran "días intactos", como el nuevo disco de Manolo García. Estaba escuchando en la radio una entrevista al cantante y sonrió. Que haya un giro, aunque sea teatral. Así de simple es...

Absurda Cenicienta

viernes, 21 de octubre de 2011

Cese DEFINITIVO lucha armada

Va por ustedes, largo futuro en paz.
Con estas palabras concluye el video que ha publicado el periodista Iñaki Gabilondo en El País con motivo del comunicado de ayer de la banda terrorista ETA. Pueden verlo pinchando aquí.


Ayer, 20 de octubre de 2001 (cumpleaños de mi querida Lau), ETA anunciaba el cese definitivo de su actividad armada. Un momento histórico. Por primera vez desde hace 43 años pasan del "alto al fuego permanente, general y verificable", que vivimos en última instancia el 10 de enero de este año y pueden leer aquí, para hacer esta declaración con "compromiso claro, firme y definitivo".

"Ahora tenemos una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria", anunciaba ayer el presidente del gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, en su comparecencia tras conocer el comunicado. Porque ETA abandona esta pesadilla muy tarde. Iba a decir demasiado, pero nunca es demasiado, más vale hoy que dentro de una semana. Pero con demasiadas víctimas a su paso. Porque no ha sido una guerra. ETA ha puesto las armas y la sociedad española los muertos.

No voy a hacer un análisis de la situación vasca ni del conflicto en sí. Para ello hoy tienen a su alcance un gran número de medios de comunicación que dedican páginas y páginas al tema. En mis manos tengo dos: El País titula "El fin del terror", mientras que El Mundo anuncia "ETA alardea de sus asesinatos y emplaza al gobierno a negociar".

No quiero quedarme tan sólo con la cita de Zapatero, también quiero hacerlo con el líder del PP, Mariano Rajoy. "Es una gran noticia. Este anuncio se ha producido sin ningún tipo de concesión política", señaló Rajoy, a lo que añadió que la tranquilidad "sólo será completa cuando se produzca la disolución".

Completamente de acuerdo con ambos. Desde luego. Pero los de ETA son terroristas, pero no idiotas. ¿Alguien pretendía que leyeran el comunicado a cara descubierta y dieran las armas allí mismo? Esto es un largo proceso. Acaba de empezar, queda mucho camino por hacer, pero es un punto de inflexión en la historia del terrorismo en España.

Además de las víctimas,- mortales, indirectas, amenazadas o insultadas- quiero darles un reconocimiento especial a las personas mayores. Personas a las que les robaron la infancia con la Guerra Civil. Personas que vivieron miserias durante los años de dictadura. Personas que han sufrido con la sombra del terrorismo etarra campando a sus espaldas.

Hoy, muchos años después, pueden compartir con las nuevas generaciones otro escenario.
Hoy es un día feliz... libertad, libertad.

No puede ser de otra manera, hoy me quedo con dos temas insignia: el "Libertad sin ira" de Jarcha y el "Canto a la Libertad" de mi Labordeta.

HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA...

Absurda Cenicienta


miércoles, 19 de octubre de 2011

Me atrevo con economía...

Con tiempo por delante decidí aprender algo más sobre economía. Tras unos consejos de mi twitteramigo Víctor Ruíz, decidí iniciarme en este mundo a través de la ventana de "Economía humanista". Se trata de un compendio de artículos publicados por José Luis Sampedro.


La mayoría de ellos están escritos hace muchos años. Cuando salíamos de ser pobres y empezábamos a ser ricos. A punto de entrar en nuestra anterior depresión. Visto con perspectiva y analizando la situación, creo que no tenemos otra que asumir que sí, "el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".


Me gustaría compartir el capítulo 11 de este magnífico libro, publicado en la revista Cuadernos para el Diálogo, bajo el título "Eso de la productividad.


El obrero dio unos golpecitos en la puerta. Al oír la respuesta, entró en el despacho. No se sentía intimidado. Llevaba muchos años en la casa y en la pequeña empresa todos se conocían. El patrón era buena persona y le apreciaba. Avanzó hasta la mesa, intercambió unos saludos, se sentó, aceptó el cigarrillo y expuso su problema. Era un problema muy sencillo, muy corriente, muy vulgar: apenas podía vivir con lo que ganaba. Necesitaba más jornal. Su mujer decía que…

El empresario le interrumpió cortésmente:
-¿Has visto anteanoche la televisión?
-No, señor. No tenemos. Precisamente habíamos pensado que a plazos, sabe usted… No para divertirme, ¡qué va!; llega uno a casa muy cansado y mi señora no para. Es que eso del bachillerato radiofónico vendría muy bien a los pequeños… la educación, ya me comprende usted.
-Justo, la educación. Pero todos necesitamos educarnos –mintió amablemente-. Por eso te preguntaba si la oíste anteanoche. Explicaba muy bien que, si suben los salarios si que aumente la productividad, los obreros serán los más perjudicados. ¡Estaba clarísimo! ¿Comprendes?
-Pues… no, señor. Perdone usted. Uno…
El empresario apreciaba sinceramente a aquel obrero. Tenía tiempo, además, para dedicarle unos minutos, por otra parte, las relaciones humanas…
-Verás. Productividad quiere decir que, trabajando las mismas horas, tú produzcas más mercancía. ¿De acuerdo?
-Sí, señor. Eso lo entiendo. Ya me lo ha explicado mi chico, el mayor.
-Pues ya está. Si tú en una hora, por ejemplo, produces un diez por ciento más, yo puedo subirte el salario ese diez por ciento y eso sales ganando. Pero si te lo doy sin que produzcas más, yo no tengo más remedio que vender más caro. Y si hacemos todos igual, subirán todos los precios y tú saldrás perdiendo. Ganarás más pesetas, sí; pero como todo habrá subido, vivirás como ahora o peor… ¿Te das cuenta?
-Sí, señor, sí. Pero mi chico dice… Bueno, usted perdone.
-Habla, hombre habla ya me conoces; yo siempre estoy dispuesto a comprender las cosas. ¿Qué dice tu chico?
-Es un muchacho… así; algo despabilado. No es malo, ¡eso no!; pero como lee mucho… Bueno, que no es de mi tiempo.
El empresario dio una chupada al cigarrillo y sonrió.
-La cultura, bien entendida, es buena. Pero, en fin ¿qué dice?
-Pues dice, con perdón, que podrían subirse los salarios aunque no aumentara nuestra productividad.
-¡Vaya, vaya! ¿Y cómo? ¡Si tu chico hubiera visto anteanoche la televisión…!
-Dice que, habiendo buenos beneficios, podrían rebajarse un poco y compensar el salario… Muy poco, claro… En fin, que también hay que mirar la productividad de los patronos
-Y en eso tiene razón, sí, señor. Hay algunos que no se merecen nada. Háblame sin reparo, que ya ves que estoy de acuerdo.
-Pues yo pienso, y usted me dispense, que, si haciendo igual que el año anterior, aquí habían subido los beneficios, como usted dijo cuando nos dio la paga, entonces es que no tenían que haber subido, según eso de la productividad, y compensando…
-Un momento, un momento. ¿Cómo es eso de que no tenían que haber aumentado los beneficios?
-Pues… si aquí se había trabajado como otros años…
-¿Y qué? ¿Es que por eso no ha aumentado mi productividad? Vamos a ver, hombre, ¿Qué produzco yo? ¿No son beneficios lo que produzco? Pues entonces, si han aumentado mis beneficios con igual trabajo, es que ha aumentado mi productividad! ¡Está más claro que el agua!
El obrero quedó desconcertado. Aquello no tenía réplica: si el patrón, que sólo produce beneficios, había conseguido producir más, estaba claro que le correspondían más beneficios… Y el caso es que últimamente hasta iba menos por el despacho y se lo hacía todo un abogado joven. No era como en los primeros tiempos del negocio, cuando el patrón no paraba y hasta echaba de vez en cuando una mano. El obrero lo recordaba muy bien; mientras que ahora… Parecía como si cuanta más gente ayudara al patrón y menos sudara él, más productividad tuviera. Eso sí que era suerte.
El patrón miraba a su hombre luchar contra complicados pensamientos. “¡Pobre gente –pensó-, No sirven para más!”
-Parece como si tuviera usted razón –reconoció, al fin, el obrero, levantándose-. Voy a ver cómo puedo aumentar mi productividad.
-¡Eso es! –exclamó el empresario, levantándose también- Ése es el camino. Cuando lo consigas, te subo el salario. Palabra.
-Muchas gracias. Claro que –añadió rascándose la cabeza- no sé que hacer más. Yo trabajo con los cinco sentidos, sin perder un minuto. Ya me conoce usted. Como no le eche más horas…
-No, no –sonrió el empresario-. Eso es más trabajo, pero no más productividad. Te llevarás entonces más pesetas, pero seguirás ganando lo mismo que ahora.
De pronto, el rostro del obrero se ilumino.
-¡Ya está! Si me cambia usted la máquina, soy capaz de hacer el doble. Las perfiladoras son viejas, de antes de la guerra, ya sabe usted. Si pone de esas nuevas que hay ahora…
-¡Hombre, eso sí que no! Entonces no puedo seguir aumentando beneficios, porque hay que amortizar otra vez las máquinas. ¡Eso es querer subir tu productividad a costa de la mía, hombre! ¡Eso es una explotación! –concluyó medio en broma, medio en serio.
El obrero se quedó intimidado. ¿Cómo iba él a explotar al patrón? Quizá su hijo pudiera explicarlo, pero él temía haber dicho algo desaforado. Iniciando algunas excusas, se encaminó a la puerta. Le detuvo la voz del patrón:
-Para que veas; te lo voy a explicar todo. Habría otra manera de que, sin subir los precios, cobráramos más tú y yo. Si el gobierno me rebajara los transportes, o la luz, o la gasolina, esa rebaja nos la podríamos repartir entre nosotros.
-Es verdad. ¿Y por qué no rebaja todo eso el gobierno?
El empresario movió tristemente la cabeza.
-Ahí está. Tendría que aumentar su propia productividad.
-¿Y no…?
El obrero no continuó ante la mirada abatida del patrón, que sentenció con voz oprimida:
-No.
-O sea –dijo el obrero al cabo de un rato-, que la única productividad que cuenta para eso de los salarios es la mía.
En silencio, el empresario abrió los brazos en ese gesto desalentado que hacemos ante lo que está más allá de nuestras fuerzas.
El obrero se dirigió a la puerta. La abrió.
-¡Qué se le va a hacer! –dijo. Y se despidió dando las gracias. La verdad es que el patrón no podía hacer nada. Y había estado la mar de amable.
-Oye –le retuvo el empresario-, cuando anuncien otro día cosas de éstas por la televisión, que venga tu chico si quiere.
-Muchas gracias.
-Aunque –bromeó- a lo mejor prefiere ver el fútbol. Los muchachos…
-No, señor; gracias. Mi chico no va al fútbol.
-¿Qué hace entonces?
-Lee; ya se lo he dicho. En cuanto tiene un rato libre, ya está con un papel en la mano. Lee hasta en francés. Periódicos…
-¡En francés! –repitió el empresario, moviendo la cabeza, dubitativo-. Pues leer tanto no es sano. Los chicos a la edad del tuyo necesitan aire libre y vida sana. Eso, vida sana. ¡Deporte, mucho deporte! Leer así, la verdad, no es sano.
El empresario volvió a entrar en su despacho y cerró la puerta tras de sí. Se sentía sinceramente inquieto por el problema familiar de aquel obrero, a quien de verdad apreciaba. Tenía que hablarle un día; explicarle que los muchachos se descarrían fácilmente, les entran ideas raras y luego, en el caso menos malo, se pasan la vida amargados si no tiran a algo peor.


Y con esto me quedo. Que no dejemos de devorar libros, páginas webs, periódicos, literatura, teatro...para así tener las herramientas necesarias para luchar por lo justo y denunciar lo intolerable. Son momentos difíciles, pero contentar nuestra rutina tan sólo con placeres balsámicos que nos permitan abstraernos, tampoco nos va a ayudar en el futuro. Gracias a Víctor por su recomendación.

Absurda Cenicienta


martes, 18 de octubre de 2011

...¿capaz o incapaz?

Entre tanta política, desintoxicación psicológica y ganas de gritar al mundo, me tomo un pequeño descanso para contar la historia de dos amigos. Los protagonistas son Sophie y Julien. No necesitan nada más: ellos y su bonita cajita. Les encanta jugar con fuego, y al final de la primera partida, ambos acaban perdiendo.

Justo cuando descuben lo que es el amor...
Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, qué gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, LSD ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos del Marqués de Sade, Rimbaud, Morrinson y Castaneda... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.
Perdieron por no ser capaces a dar el paso. Con el paso de los años su pequeño juego dejó de ser algo inocente, para volver cargado de pasión y sentimiento. Era mucho más fácil ser tan sólo amigos, pero el juego no podía pararse y cada vez era más intenso. Decir "capaz" por ser incapaz de decir "te quiero".

Toda una vida para escuchar esas ocho letras de los labios del otro. Y eso que estaban dispuestos a todo...
- Hay dos o tres cosas que nunca me has pedido y lo lamento. Habría sido capaz...
- ¿Qué cosas?
- Comer hormigas, insultar a los parados que salen del INEM y amarte como loco.
Y con todo esto quiero deciros que no esperemos a que llegue nuestra oportunidad, que tenemos que ir nosotros y nosotras a buscarla. Tanto en el amor, como en otro gran número de parcelas en nuestra vida. Y cuando llegue el momento de tomar una decisión no tengamos miedo...seamos capaces.

Más vale arrepentirse de lo que fue mal que de lo que pudo ir (bien o mal) pero no fue porque no nos atrevimos a intentarlo. La vida está hecha para los/las valientes, así que contesta a la pregunta...¿capaz o incapaz?

Absurda Cenicienta






miércoles, 12 de octubre de 2011

Polvo, niebla, viento y sol...

Por tu ser avanza el Ebro recorriendo y bañando tras su paso aquellas huertas de secano en las que muchos dejaron- y dejan- su empeño, fuerzas y trabajo. Es una tierra singular donde la faena y el sudor son los únicos motores que mantienen activo tu corazón. Pero ahí andas tú, con temple y decisión, aguantando la tormenta con asombrosa admiración. Porque nunca caminas sola. 

Eres la envidia de la contorná. En ti ven una mina de diamantes aquellas grandes ciudades de cítricos, mantillas y sedas. En ti ven la salvación, el puente para la infraestructura y la corrupción. No permitas que impongan su interés a tus necesidades y las de tu gente.

Y no tengas miedo, porque siempre tendrás apoyo. Habrá gente que te tendrá olvidada, otra que no sepa de tu existencia. Pero tienes a tus paisanos y a tus generaciones de emigrantes que allá donde estén gritarán que Aragón existe y no te dejarán sola. Al igual que a tu virgencica, a la que hoy quiero felicitar, porque cada año por estas fechas tu gente se reúne para alabar a la Virgen del Pilar.
Desde tiempos a esta parte
vamos camino de nada.
Vamos a ver cómo el Ebro
con su soledad se marcha.

Y con él van en compañas
las gentes de estas vaguadas,
de estos valles, de esta sierra,
de estas huertas arruinadas.

Polvo, niebla, viento y sol,
donde hay agua una huerta.
Al norte los Pirineos,
esta tierra es ARAGÓN.
El querido abuelo aragonés, ¿quién sino? Con estas estrofas de Labordeta me despido.

Absurda Cenicienta



lunes, 10 de octubre de 2011

Poetas, canallas y lolitas.

Nos cuestionamos a menudo el sentido de nuestra vida, una existencia que esperamos sea necesaria y productiva. Cuando los viejos tópicos que encontramos revoloteando en nuestra cabeza caen como si de una torre de naipes se tratara, lloramos. Lágrimas de grandes caídos; pobres exquisitos, ricos miserables. El corazón sangra, el rostro se cubre de gotas cristalinas que no quieren decir otra cosa que queremos llorar, así es... porque estamos vivos. Esa es la razón de nuestro lloro y la razón de nuestra existencia.

El maestro Joaquín Sabina, con su conocido ácido y mordaz humor, a la vez que realista, nos da cien razones (a las que él llama mentiras) para no cortarse de un tajo las venas. Habla de cuestiones tan cercanas para nosotros como las nubes de verano, las setas en noviembre o la gripe en primavera. También de personajes como poetas, canallas, lolitas y donjuanes. ¿Por qué no? Todos estos son motivos por los que continuar sonriendo a la vida. También el perfume, los celos, los besos, el agua y el lujo de no pasar hambre.

Y hoy me quedo con todo esto. En un momento de crisis- económica y de valores- necesitamos cosas para motivarnos. A menudo buscamos ilusionarnos con incentivos externos, cuando a menudo somos cada uno de nosotros y nosotras, con nuestras manías y las personas que nos rodean, la solución. Que no olvidemos quienes somos ni dejemos que aduladores jueguen con nuestra personalidad. Al fin y al cabo, cuando todo esto acabe...¿qué mejor que seguir conservando nuestra alma en oferta que nunca vendimos?

Sí, otra de las cien mentiras del genio de Úbeda.

Absurda Cenicienta

jueves, 6 de octubre de 2011

A teclas de distancia...

Son muchos los kilómetros que nos separan, pero eso no importa.
Tenemos una relación a través de las tecnologías y redes sociales, pero sé que cuando vuelve siempre me guarda un día.
No para cotillear, que para eso tenemos todo el año.
Pero sí para sentarnos en un banco cualquiera o delante de un café o gofre, para hablar de todo y de nada.
Para interrumpirnos y retar al reloj.
Para que en nuestro pequeño mundo, por unas horas, podamos hablar de política, el futuro, economía, filosofía y amor.
Porque no necesitamos más para saber que otro mundo es posible.
Porque lleva aguantándome muchos años y apoyándome en cada paso que doy.
Porque le animo, por muy marcianas que sean sus ideas.
Después de dejar Valencia por la Université Dauphine...maintenant, il est à Miami.
Y sí, lo echo de menos. A sus historias y a los mensajes sorpresas que me alegraban el día.
Pero volverá pronto convertido en un auténtico experto en Economía.

Sé bueno, A.

Absurda Cenicienta

martes, 4 de octubre de 2011

Buscando en el baúl de los recuerdos...

Rescatando viejos recuerdos he encontrado algo muy especial: una guía un tanto particular. Por ello quería compartir con todos vosotros y vosotras unos trucos muy sencillos de belleza...
  • Para conseguir unos labios atractivos, di palabras de ternura.
  • Para conseguir unos ojos preciosos, busca lo que hay de bueno en la gente.
  • Para conseguir una silueta esbelta, comparte tu comida con los que pasan hambre.
  • Para tener el pelo bonito, deja que un niño o niña pase sus dedos por tu cabello una vez al día.

 Y al leer estos consejos no puedo más que sonreir. Somos personas tan preocupadas por el exterior y la fachada que a menudo olvidamos que la verdadera belleza reside en cada uno de nuestros corazones.

 

 
Absurda Cenicienta

sábado, 1 de octubre de 2011

Todo comienzo tiene su fin...

Hace ya cinco años que comenzó mi aventura periodística a nivel profesional. Quería dedicarme a ello en cuerpo y alma. Por ello entré por aquellas puertas de mi universidad con la cabeza alta y una sonrisa de oreja a oreja. Iba a hacer realidad mi sueño.


Marqué objetivos y conocí a gente con la que compartirlos. Me equivoqué y fui aprendiendo y mejorando con el paso de los días. Me puse una meta, mi entrevista soñada, y la alcancé en segundo. Probé con el periódico, la radio y los gabinetes. Y al final llegó la televisión. Algo que creía que no podría superar, y ahora no puedo más que decir ¡me encanta!


Gracias a todas aquellas personas que os habéis cruzado en mi camino a lo largo de estos cinco años. Gracias por enseñarme tanto, tanto, tanto y tanto. No solamente lo digo por los profesores/as o profesionales (ya con plaza, por decirlo de alguna manera), sino también por mis compisss. Que todo sea dicho de paso, también somos profesionales.. ;)

Y ahora veo que acaba una etapa. Respiro profundamente. Tengo miedo, mucho miedo. Ganas de llorar, gritar y querer una respuesta. Saber qué hacer con mi vida. Un título debajo el brazo y unas cuántas prácticas, ¿y ahora qué, pequeña?


Pues a seguir caminando y aprendiendo. Miro mi habitación y todo sigue en orden. La cama, el escritorio y el armario siguen en el mismo sitio. Pero están renovados. Tengo diccionarios que antes no tenía: ideológico, panhispánico de dudas, de dichos y algún que otro libro de estilo. También libros de periodistas a los que quisiera parecerme. Fotos que demuestran el buen recuerdo de esta aventura. Y un largo etc.


Y es que a pesar de ser la misma Absurda Cenicienta que hace cinco años, con su pasión irremediable por Joaquín Sabina y por su querida Sierra Callada. Con sus ganas de cambiar el mundo y contar la verdad. Con su amor por la política y su especial interés en el papel de la mujer en los medios de comunicación. A pesar de todo, a pesar de que sigo siendo la misma... me quedo con un poquito de lo que cada una de las personas que se han cruzado por mi camino me han enseñado.


Y no puedo más que querer seguir equivocándome para así seguir aprendiendo. Tener la oportunidad de demostrar todo lo aprendido y empaparme de nuevas técnicas y formas de redactar o locutar. Y deseo lo mismo para todos y todas vosotros/as.


No caigamos en el desánimo, aunque es muy difícil con el panorma que nos rodea.
Por ello no olvidemos que "no hay en todo el mundo un triunfo verdadero que pueda superarse a la dignidad en el vivir" (David Starr Jordán).


Me quedo con eso...con que tengamos ganas por seguir soñando.


Absurda Cenicienta