Hace dos semanas aterricé en Bruselas y,
desde entonces, he vivido una grata experiencia alejada de los tópicos. Bélgica
es un país multicultural, donde conviven sin ningún tipo de problemas
argelinos, ingleses, latinos y, por supuesto, belgas y franceses. Nadie mira al
prójimo con recelo, es fácil convivir en este país que acoge con los brazos
abiertos a todos y todas.
Viviendo esta situación siento repugnancia
del escenario que se vive en mi país, donde muchos españolitos y españolitas
critican a rumanos, latinos y árabes por venir. Dicen que nos van a quitar el
pan, que vienen para quitarnos el trabajo.
¿Qué hago yo en Bruselas? Buscar la
oportunidad laboral que mi querida patria no me brinda. Soy extranjera y me
siento como en casa, gracias a estar en un país y una ciudad que no inician una
caza de brujas contra mí aunque haya venido para intentar conseguir un trabajo digno.
En España mucha gente mira con cautela a la
gente de color, mientras que aquí he visto a más personas de tez morena que a
rubios blancuchos como yo. En España son bien recibidos los nórdicos pero no
los árabes, ¿por qué? Sin embargo aquí conviven en perfecta armonía. ¡Cuánto nos queda por aprender!
Tal vez sea porque pertenezco a una familia
emigrante, nunca he sido una persona racista. Ahora que he tenido que irme de
casa para intentar poder desarrollarme como periodista, de cuya decisión estoy
muy contenta y satisfecha, siento que una generación más en mi familia haya tenido que alejarse de su tierra.
Siento pena, pero optimismo por el futuro. Y, ante todo,
siento alegría porque a pesar de ser extranjera, me siento parte de este
microcosmos multicultural. Por eso os pido que a la próxima vez que os atreváis a criticar a alguien que viene de fuera, penséis que no es plato de buen gusto dejar todo lo que quieres para iniciar una nueva vida a kilómetros de distancia.
Absurda Cenicienta
Por desgracia la felicidad de mucha gente depende directamente de la infelicidad de los demás, sentirse "mas" que los demás, todavia hoy supone para muchos una manera de sentirse realizado.
ResponderEliminarPara ser feliz, hay que ser feliz, no hay que hacer infelices a los demás...
Precioooosa Cenicientaaaa... te echo de menooooos
¡Qué alegría este comentario! Pues sí, desgraciadamente hay mucha gente a la que le gusta humillar a los demás...
ResponderEliminarYo también te echo de menos cariño!
¡Me encantas! La verdad es que el que no se adapte a los ambientes multiculturales no se ha adaptado a la globalización, a la convivencia de distintas gentes, en fin, al mundo de hoy. Me encanta encontrar en ti a una "aliada" que defiende el multiculturalismo.
ResponderEliminar¿Te cuento algo? En mi país se resiente a los que vienen a "quitarnos trabajos" pero también se resiente a los que se van porque supuestamente "abandonan el país"...me parecen igual de absurdos ambos resentimientos, dos caras de la misma moneda, de la misma xenofobia.