viernes, 12 de febrero de 2010

Temblor en el Caribe

Desde la lejanía se observa cómo ya han desaparecido de los espacios informativos las últimas novedades del caos en el que se encuentra Haití. Más de 200.000 muertos, un gran número de desaparecidos entre los escombros que un día conformaron los cimientos del país más pobre del continente americano y millones de personas sin hogar. Pero ya no importa. Ya no tienen espacio en los diarios, ni en las ondas radiofónicas y, mucho menos, en el cotizado espacio televisivo.


12 de enero. Haití. La tierra tembló y en los siguientes segundos reinó el caos en la isla del Caribe. A continuación llegó el llanto, la desesperación y la búsqueda de supervivientes. Inmersos en una escena congelada, polvorienta e inóspita, los haitianos se recuperaban del shock rescatando cadáveres. Los cuerpos se apilaban frente a las ruinas de antiguos hospitales, mientras improvisados centros de campaña hacían lo imposible por devolver la vida a aquellos que lo habían perdido todo en tan sólo unos instantes.

Por unas semanas todos los ojos se centraron en Haití, mientras que tan sólo un par de semanas más tarde la vida ha vuelto a su cauce natural. La información gira en torno a los partidos de la jornada, a las leyes culturales de Catalunya, a los galardonados en los Goya o en las últimas frases de la Esteban y otros personajillos de su talante.

Porque me resisto a que esta sea mi realidad.

Porque no podemos quedar impasibles ante la desgracia de miles de personas.

Porque los medios deben de estar con aquellos que más lo necesitan.

Porque tantas y tantas cosas... necesito reflexionar.

- Absurda Cenicienta-


2 comentarios:

  1. Muy interesante tu reflexión, y a la vez descorazonadora.

    Yo tampoco quiero quedarme impasible.

    Un beso, Absurda ;)

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  2. Tens tota la raó del món xiqueta, és tot un plaer llegir-te.

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