domingo, 13 de febrero de 2011

Revolución italiana

Las italianas se revelan. No están dispuestas a más desprecios por 'Il Cavaliari'. De sobras es conocido por todos el gusto del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, por las fiestas con jóvenes y espectaculares adolescentes. Un ejemplo más de la visión patriarcal que tiene de la vida, donde las mujeres son tratadas como meros objetos sexuales o de compañía.

Al grito de "Dimite y déjate procesar como los demás pedófilos" y recriminándole a Berlusconi que "nos robas la dignidad", se han concentrado numerosas personas en la plaza Popolo de Roma. Ésta es tan sólo una de las más de 300 concentraciones que se han convocado para el día de hoy para protestar contra los presuntos escándalos sexuales de 'Il Cavaliari'.

Dignidad y respeto a las mujeres, así como la dimisión del primer ministro. Con estas consignas se han reunido miles de personas- mujeres y hombres- cansados y cansadas de aguantar las actuaciones y comentarios que rozan la vulgaridad y el insulto al género femenino.

"Más vale que me gusten las mujeres guapas que los gays". Señor Berlusconi, por decir algo, parece que usted está muy equivocado: ser homosexual no es de ser enfermos, pero acostarse y prostituir a menores de edad, sí. ¿Cómo es posible que la ley no actúe en este caso con mano dura? ¿Será que la democracia de la que tanto alardeamos en los países europeos en ciertas ocasiones queda eclipsada por el poder? El dinero y el poder corrompen a demasiadas personas...

Berlusconi dijo en cierta ocasión que el ex líder de Egipto, Mubarak, (dictador durante más de tres décadas) era un hombre sabio. También ha comentado en otros momentos su admiración hacia Mussolini. Puede que de dictadores vaya la cosa. Y de ancianos rancios a los que hay que quitar del poder, también.

Que tan sólo sea el principio. Que la revolución italiana denuncie los presuntos escándalos sexuales del primer ministro. Por los aviones privados para llevar a sus dulces amigas y maduros amigos a fiestas de lujo en Villa Certosa. Porque no haya más chicas en su lecho como Noemí Letizia o Rubi. Para exigir una cadena de televisión pública y medios escritos donde se pueda ejercer libremente la profesión a los periodistas italianos.

Y, sobre todo, porque esto tan sólo lo podrán exigir en las urnas los italianos y las italianas. ¿Qué hacer cuando la ciudadanía parece no ver la realidad? ¿Se tratará de desinterés en la política o manipulación informativa?

Suerte y ánimo.
Desde España, una mujer que os apoya.

Absurda Cenicienta

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