sábado, 12 de diciembre de 2009

Deporte rey

Hoy es un día importante en la capital del Turia. Batalla de sietes, rezan los titulares de los telediarios nacionales. El equipo merengue visita el templo del valencianismo, pero los de Unai Emery le están esperando y están dispuestos a dejarse la piel en el campo. Los bares están abarrotados. No cabe un alma. Cerveza en mano, un chivito esperando en la mesa y la compañía de los amigos. El mundo se para los próximos 45 minutos y volverá a activarse, aunque tan sólo durante los minutos del descanso, para comentar las mejores jugadas de la primera parte del encuentro.

Este es el retrato de una ciudad un día de liga. Una estampa que se repite a lo largo y ancho de toda la geografía española; Zaragoza, Sevilla, Valencia, Barcelona, Bilbao, Madrid… Todos los seguidores esperan con ansia el momento de disfrutar de un partido cargado de emoción, donde se hagan goles que pasen a la historia.

Es bonito ver el sentimiento de los leales a un club o a la selección. Es bonito ver la cantidad de personas que se desplazan a otras ciudades o países para poder gritar en el campo los goles de “la roja”. Es bonito que personas de clases sociales diferentes se emocionen juntas, que por unos minutos no importe el nivel adquisitivo, raza o tendencia sexual. Es bonito que tanta gente se concentre por algo común, pero… ¡qué triste es que tan sólo lo consiga el deporte!

Es triste que haya más personas en la calle celebrando la victoria de la selección española en la Eurocopa que en una manifestación en contra de la guerra. Es triste que la gente no tenga tiempo para concentrarse por el maltrato contra la mujer. O contra la destrucción de nuestro planeta, porque el cambio climático no es una tontería. O contra la corrupción política, algo que nos afecta a tod@s. O contra el terrorismo. O contra tantas y tantas cosas que están a la orden del día en nuestro país.

Seamos conscientes del dinero que mueve el deporte rey en España y parémonos a pensar, aunque tan sólo sea por unos momentos, si es lógica la actitud general de la sociedad.

-Absurda Cenicienta-

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