Hoy es día 8 de enero, una fecha importante para alguien muy especia para mi. No es una fiesta nacional, simplemente es el aniversario de boda de mis padres.
Hoy se cumplen 28 años desde que se casaron, que se dice pronto. Juntos han contruído un hogar acogedor en el que uno se siente feliz viviendo. Siempre me ha parecido bonita la relación de los padres y los abuelos. Es algo más que el romance desgarrador y pasional de los primeros años. Es una paz compartida, un compromiso de amistad y amor. Un pacto de respeto, ternura y comprensión. De apoyo invicto y detalles diarios.
De reparto de tareas, de saber ceder y de ser dialogante. Porque me gusta cómo se entienden después de 34 años juntos y 28 de matrimonio. Porque son un pack indivisible a pesar de todo.
Por todo ello hoy he sentido la necesidad de escribir unas líneas. Porque me gustaría ser una cincuentona tan ideal como mi madre y con un marido tan maravilloso al lado como es mi padre después de tantos años juntos. En fin, que...¡¡a por las Bodas de Oro!!
Y, cómo no, dejo una foto del viaje que hicimos los cuatro cuando mis señores padres celebraron las Bodas de Plata. Un viaje inolvidable...New York. Y como telón de fondo no puede sonar otra que su canción, "Noche de Bodas", del maestro Joaquin Sabina.
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