domingo, 27 de febrero de 2011

Aniversarios nacionales

En conmemoración del 23 de febrero de 1981 el Club Diario Levante abrió sus puertas a una jornada de reflexión en torno a la comunicación y defensa de la democracia de aquel día histórico. Tras la inauguración de la Unió de Periodistes Valencians sobre distintas portadas de diarios valencianos y estatales, los cerca de un centenar de asistentes vieron el documental "23-F. Hablan los Guardias Civiles", de Manuel del Álamo.

El documental audiovisual reivindica el papel que jugaron muchos militares anónimos en el golpe de Estado, ya que fueron engañados a hemiciclo pensando que iban a hacer una sesión rutinaria de maniobra. O eso dicen. El autor Manuel del Álamo, periodista e historiador, asegura que quedan "muchos detalles por conocer de aquel 23 de febrero y no hay que olvidar educar a los jóvenes en valores para no caer en los mismos errores".

A continuación tuvo lugar la exposición de distintos testimonios de protagonistas del golpe. Manuel Martínez, Guardia Civil que participó en el asalto el 23-F, comenta que la "idea golpista no la apoyaba ni el 80% de los militares que estaban implicados". El Guardia Civil lamenta que el 23 de febrero de 1981 fuera su primer día de academia para ser motorista de tráfico, ya que le movilizaron junto a 100 compañeros más en el Congreso. Martínez critica que se ensalce la figura de Suárez o el Rey, pero se olviden de Gutiérrez Mellado. "Es necesario recordar a personas que, como Gutiérrez Mellado o Aramburu Tupete, tuvieron un papel imprescindible en el proceso", añade. Este año la ministra de Defensa, Carme Chacón, homenajeó al mencionado Gutiérrez Mellado.

J.J. Pérez Benlloch era director del Diario de Valencia el 23-F y destaca algunas anécdotas curiosas de aquella tarde-noche como cuando varios militares entraron en l edificio del periódico y accedieron a su despacho de muy malas formas y, al poco tiempo, uno le pidió ir al lavabo y olvidó su arma encima de una de las mesas de la redacción ante los atónitos ojos de los periodistas. "Lo más gracioso fue cuando abandonamos el edificio tras lanzar la última edición, sabiendo que el golpe había fracasado y, los policías que habían estado molestándonos toda la noche me dijeron 'vaya nochecita, eh'. Parece que esa gente se había vuelto demócrata de repente", afirma.

Todos los periodistas asistentes recordaron la impresionante imagen de los tanques campando a sus anchas por la capital del Turia. José Penalba era fotógrafo en Las Provincias y retrató el tanque frente a Capitanía. "Todavía recuerdo la ciudad desierta y, como único sonido, el ruido metálico de los tanques", afirma. Carles Luzuriaga, que trabajaba en Radio Popular, recuerda cómo les dejaron mantener la programación con la condición de hacerlo con tranquilidad. "Lo más impactante fue cuando los militares nos obligaron a leer el bando y lo leyó una compañera con un fondo musical precioso, de manera que parecía más un anuncio que un bando militar", resalta.

La periodista de Diario de Valencia Emilia Bolinches añade el paralelismo entre Madrid y Valencia. "Si los políticos estaban secuestrados en el hemicic´lo, los valencianos estábamos igual en nuestra propia ciudad", comenta. "Yo tenía que hacer una crónica sobre la huelga de basura y claro, estaba todo prohibido por el bando. No podía hablar de huelgas, ni de sindicatos, ni de revueltas...ahora, creo que los chicos que llevaban los tanques tenían más miedo que nosotros. Eran unos críos que no sabían ni qué hacían", subraya. Bolinches sonríe con el periodista Manuel Peris al recordar cómo un taxista se plantaba delante de los tanques y les decía que eran "una mierda, que eran las sbras de la artillería americana".

José Luis Pitarch, capitán del Ejército de tierra destinado en Madrid el 23-F, denuncia la falta de compromiso por parte de los gobiernos con los militares. "El día que un gobierno se atreva a hacer a algunos militares como Aramburu Tupete generales de honor por el papel que tuvieron, entonces creeré que la transición ha acabado", concluye. Y es que el militar lamenta que generales y tenientes implicados hayan ido ascendiendo con el paso de los años, ante la protección de políticos de todos los colores.

Mientras todos estos acontecimientos se desarrollaban, uno de los principales conspiradores, el teniente coronel Antonio Tejero, se bronceaba en Las Palmas. Pero yo me quedo con la imagen del Rey y don Santiago Carrillo abrazándose. Con la imagen de Fraga, junto al Rey, Carrillo y Alfonso Guerra. Ojala Sabino Fernández Campo, el presidente Adolfo Suárez y el militar Gutierrez Mellado pudieran haber formado parte de la imagen que este año tuvo tan sólo a ocho protagonistas.

Por la libertad y la democracia.
Absurda Cenicienta

2 comentarios:

  1. Buena crónica, Absurda. Es importante recordar nuestra historia para no repetirla nunca más.

    Un beso

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  2. Coincido con Álex, enhorabuena por la crónica!

    :)

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