miércoles, 12 de octubre de 2011

Polvo, niebla, viento y sol...

Por tu ser avanza el Ebro recorriendo y bañando tras su paso aquellas huertas de secano en las que muchos dejaron- y dejan- su empeño, fuerzas y trabajo. Es una tierra singular donde la faena y el sudor son los únicos motores que mantienen activo tu corazón. Pero ahí andas tú, con temple y decisión, aguantando la tormenta con asombrosa admiración. Porque nunca caminas sola. 

Eres la envidia de la contorná. En ti ven una mina de diamantes aquellas grandes ciudades de cítricos, mantillas y sedas. En ti ven la salvación, el puente para la infraestructura y la corrupción. No permitas que impongan su interés a tus necesidades y las de tu gente.

Y no tengas miedo, porque siempre tendrás apoyo. Habrá gente que te tendrá olvidada, otra que no sepa de tu existencia. Pero tienes a tus paisanos y a tus generaciones de emigrantes que allá donde estén gritarán que Aragón existe y no te dejarán sola. Al igual que a tu virgencica, a la que hoy quiero felicitar, porque cada año por estas fechas tu gente se reúne para alabar a la Virgen del Pilar.
Desde tiempos a esta parte
vamos camino de nada.
Vamos a ver cómo el Ebro
con su soledad se marcha.

Y con él van en compañas
las gentes de estas vaguadas,
de estos valles, de esta sierra,
de estas huertas arruinadas.

Polvo, niebla, viento y sol,
donde hay agua una huerta.
Al norte los Pirineos,
esta tierra es ARAGÓN.
El querido abuelo aragonés, ¿quién sino? Con estas estrofas de Labordeta me despido.

Absurda Cenicienta



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