lunes, 17 de enero de 2011

Pastillas contra el dolor ajeno


El maestro de Úbeda cantaba a las pastillas para no soñar, las que calmaban los pálpitos del corazón y la inquietud ante eminentes aventuras. Las que nos prevenían de tórridas historias de amor y de desengaños amorosos. Las que nos ayudaban a vivir cien años sin caer en la tentación ni tener inseguridad o vivir la velocidad.

Como prefiero vivir cada día y me permito las tentaciones y los errores, paso de este tipo de comprimidos. Sin embargo, he de confesar que desde hace unas semanas soy adicta a otras grageas: las pastillas contra el dolor ajeno. Pinchando aquí podrás ver la web, así como el precioso video del cineasta recientemente fallecido Luis García Berlanga.

Por un euro puedes comprar en cualquier farmacia una caja de estos comprimidos, que no son más que seis caramelos con sabor mentol sin azúcar. En el prospecto indican que el principio activo s el amor y es parte de "un gesto humanitario que actúa directamente en las zonas más necesitadas y su fin es ayudar a aquellos que más lo necesitan".

No está mal, ¿no? En nuestra sociedad tenemos miles de sobres, jarabes, cápsulas y pastillas efervescentes para combatir cualquier patología. Por tanto, ¿por qué no ayudar con este pequeño gesto a aquellos pueblos que viven alejados de muchos avances médicos y farmacéuticos? Colaboremos con Médicos Sin Fronteras porque nunca es tarde para ayudar.

Con el dinero que se recauda de la venta de estas pastillas se invierte para tratamientos contra la Malaria, la Enfermedad del Sueño, Chagas, Tuberculosis, Sida Infantil y Kala Azar. ¿Sabías que con un euro pueden dar tratamiento contra la Malaria a tres niños? Y, ¿sabías que con 20 euros pueden hacer llegar un tratamiento completo a 12 adultos enfermos de Chagas? Esta enfermedad es la tripanosomiasis humana americana y provoca más de 14.000 muertes al año. Además, se estima que en América Latina haya más de 10 millones de afectados.

Con 100 euros pueden tratar con antirretrovirales a un niño durante un año para combatir el Sida Infantil. ¿Quieres más motivos? Verás, con 10 euros pueden realizar pruebas de diagnóstico de la enfermedad del sueño de una persona. Esta enfermedad, transmitida por la mosca tsé-tsé, se cobra la vida de más de 50.000 personas en un año. Con 70 euros pueden tratar a un enfermo de tuberculosis medio año y con 160 euros pueden comprar medicamentos para tratar a un enfermo de Kala Azar, una enfermedad mortal al 100% sin tratamiento y que provoca la muerte de 60.000 personas al año.

¿Necesitas más motivos para hacerte adicto a las pastillas contra el dolor ajeno?
Colabora por un euro con Médicos sin Fronteras.
Ellos te lo agradecerán y tú tendrás seis grageas deliciosas.

Absurda Cenicienta

1 comentario:

  1. Ya tengo mis pastillas en el bolso. Ojalá algún día podamos acabar con el dolor ajeno. Ojalá nosotros que somos unos privilegiados nos acordemos de los que verdaderamente sufren. Ojalá... Me encantan estas iniciativas :)

    Por cierto los tacones vuelven... porque a pesar de pasarme horas en la biblioteca tengo que aprvechar que no estoy todo el día fuera de casa. A partir del día 20 que volvemos a la rutina se acabaron los tacones.

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